El Análisis Transaccional (AT) creado en los años 60 por el psiquiatra de formación psicoanalista Eric Berne, es una filosofía humanista, una teoría de la personalidad y de las relaciones sociales y un sistema de técnicas para la intervención psicoterapéutica basado en el postulado básico «Yo estoy bien, Tú estás bien».
El AT aporta una metodología clara y unos conceptos básicos expresados en un lenguaje sencillo. No obstante, aporta un modelo profundo que permite trabajar desde el counselling hasta facilitar la reestructuración y el cambio personal mediante la psicoterapia.
El AT también nos facilita retar el guion psicológico que decidimos en la infancia en situaciones de intensidad emocional y que tenía como función comprender el mundo y sobrevivir, y que podemos aún estar siguiendo de forma inconsciente. Al abandonar el guion dejamos también de jugar los juegos psicológicos que lo refuerzan, pudiendo entonces usar íntegramente nuestra capacidad de pensar, sentir y actuar al servicio de un vivir saludable.
El AT nos permite intervenir en los niveles individual y grupal, en las áreas de la psicología clínica y psicoterapia, en educación, en empresa, y con los colectivos sociales.
Hoy en día se distinguen varias «escuelas» de Análisis Transaccional (clásica, redecisión, catexis,..), aunque pocos psicoterapeutas pertenecen exclusivamente a una, los profesionales formados en AT manejan procedimientos y técnicas de varias de ellas e integran otros modelos terapéuticos (Gestalt, psicodrama, psicoanálisis, psicoterapia integrativa, etc)
La formación en Análisis Transaccional
La formación de un Analista Transaccional es un camino de desarrollo personal y profesional que abarca diversas dimensiones: teórica, práctica, vivencial y de desarrollo personal. El entrenamiento en este ámbito profesional requiere tiempo y dedicación, así como personas que acompañen a la persona en formación para que la senda a recorrer se ajuste lo mejor posible a las necesidades personales. Se trata de un camino de aprendizaje que a medio y largo plazo pasa a formar parte de la personalidad y a marcar un estilo de vida y de las relaciones.
La formación tiene en cuenta por otra parte la necesidad de aplicar en la práctica profesional los principios éticos y los principios humanistas del Análisis Transaccional.
Esto es algo muy distinto a la experiencia limitada que puede proveer una formación académica convencional o la impartida por un Máster Universitario, salvo que se respetara el itinerario formativo que se describe en párrafos posteriores, tanto a nivel de profesorado autorizado para impartir la docencia como en lo relativo a la trayectoria formativa de los alumnos. Esto se puede entender mejor leyendo el itinerario de formación que se describe a continuación.
El Curso Oficial Introductorio 101
En cualquier caso, el camino se inicia mediante la realización de un curso introductorio que Berne denominaba Curso 101, al modo de la denominación de los cursos introductorios en Estados Unidos. Se trata de un curso oficial de introducción al Análisis Transaccional con unos contenidos mínimos prefijados. Al final de curso se espera que los asistentes sean capaces de describir los conceptos teóricos básicos del análisis transaccional, aplicar los conceptos básicos del análisis transaccional para resolver problemas y de categorizar una serie de comportamientos interpersonales y de procesos internos utilizando los conceptos básicos del análisis transaccional.
¿Y después?
La duración del viaje posterior a la realización del curso introductorio no es fija. Las estaciones principales del mismo son comunes pero hay muchas excursiones optativas que pueden interesar más o menos en función de las preferencias personales o de la formación y experiencia previa de cada cual. En cualquier caso se anima a las personas en formación a seguir su propio ritmo en función de sus necesidades.
Formación en el Campo específico de aplicación. Por otra parte la profesión y la formación previa de partida orienta a la persona a transitar por una ruta específica ya que hay diversos campos de aplicación: Counselling, Educacional, Organizacional y Psicoterapia, cada uno con una serie de competencias centrales a alcanzar.
También el objetivo final puede ser diferente en función de que la persona desee cualificarse o no en la Asociación Europea de Análisis Transaccional (EATA) o en la Asociación Internacional de Análisis Transaccional (ITAA).
Cualificarse ante estos organismos, que reconocen mutuamente sus certificaciones, implica el cumplimiento de ciertos requisitos en horas de formación, supervisión, experiencia práctica y desarrollo personal, así como el completar satisfactoriamente las evaluaciones realizadas por comités internacionales.
El contrato de formación
La persona acuerda el campo de aplicación con su Formador y Supervisor Principal. La formación esta basada formalmente en un contrato de formación entre el candidato y el formador, quien debe ser un miembro didáctico oficial (TSTA, PTSTA, o un Formador de CTAs) que se convierte en el Supervisor Principal de la persona en formación. Uno de los principios básicos de la formación como Analista Transaccional es que los candidatos planifican y estructuran activamente su formación y se hacen además responsables de su desarrollo profesional y personal del mismo modo que de su proceso de formación. El Supervisor Principal es responsable de guiar y ayudar a la persona en formación según su personalidad individual, estilo de aprendizaje y las circunstancias particulares que podrían presentarse.
El currículum de la formación
No hay un currículo estandarizado para la formación en Análisis Transaccional. Los formadores son libres de organizar los contenidos, la forma, el estilo y el orden de la formación dentro del marco de trabajo dispuesto en las guías que aparecen en el Manual de la EATA, y teniendo en cuenta especialmente las Competencias Centrales relevantes para cada campo de especialización.
En cualquiera de los campos de aplicación la forma de realizar el viaje formativo y de alcanzar cada estación puede ser diversa siendo posible elegir entre un curriculum adaptado de formación que se ajuste lo más posible a los deseos y preferencias personales o bien optar por la modalidad de Escuelas de Análisis Transaccional.
En ambos casos es más fácil para el candidato desarrollar un estilo personal si ha tenido una gama muy variada de experiencias formativas, y es importante por esto que la persona en formación trabaje con varios TSTAs, PTSTAs o Formadores de CTAs con distintos estilos personales y con diferentes énfasis en los diversos enfoques del Análisis Transaccional.
En la formación como Analista Transaccional se requiere un mínimo de 2000 horas compuesto de la siguiente manera:
- 750 horas de contacto con clientes, de las cuales 500 deben ser en Análisis Transaccional.
- 600 horas de formación profesional, de las cuales 300 deben ser en Análisis Transaccional.
- 150 horas de supervisión, de las cuales 75 deben ser por un PTSTA, un Formador de CTAs o un TSTA que sea miembro de EATA o la ITAA, 40 de las cuales deben ser con el Supervisor Principal.
- 500 horas adicionales de desarrollo profesional. Estas pueden incluir, por ejemplo, formación adicional, supervisón, psicoterapia personal, trabajo psiquiátrico, etc.
Se recomienda la psicoterapia personal durante el periodo de formación para experimentar personalmente la experiencia y métodos del Análisis transaccional y asegurarse así de que la persona en formación puede aplicarlo desde una posición libre de guion y sin ningún comportamiento que pudiese ser dañino para su cliente. Es entendible que no haya un número de horas establecido para la psicoterapia o desarrollo personal dadas las necesidades personales de cada persona en formación.
Certificación como Analista Transaccional
Uno de los hitos deseables en la formación es la Certificación como Analista Transaccional. Esto requiere cumplir los requisitos nacionales para la certificación en el campo de especialización y superar una evaluación ante una comisión internacional.
La certificación viene a garantizar que a través de la formación previa la persona ha conseguido un conjunto de competencias establecidas para cada campo de aplicación del Análisis transaccional, por ejemplo: la internalización de la filosofía básica y valores del Análisis transaccional así como la capacidad para poder afrontar los propios rasgos personales, necesidades y expectativas, fortalezas y limitaciones en la práctica profesional. También la competencia social y técnica para aplicar el Análisis transaccional apropiadamente en un campo particular: poder evaluar los problemas planteados por los clientes, planificar y establecer directrices de intervención, mantener una relación de trabajo respetuosa en alianza con el cliente, elegir los métodos y técnicas apropiados y evaluar los resultados obtenidos. Así mismo tener en cuenta los aspectos éticos y de garantía de calidad en las intervenciones.
Esta certificación permite solicitar el Certificado Europeo de Psicoterapia emitido por la European Association for Psychotherapy o el Certificado Mundial de Psicoterapia del Consejo Mundial de Psicoterapia. También ser reconocido por la FEAP en España el COP u otros organismos en este campo.
Certificación como Miembro Docente
Las personas interesadas que han logrado la certificación como Analista Transaccional pueden optar a la realización de un contrato de formación como miembros docentes de la EATA.
Estas personas inauguran esta nueva etapa de formación mediante la realización de un Taller (TEW) que les avala para iniciar su andadura provisional como formadores con la acreditación como Analistas Transaccionales Formadores y Supervisores Provisionales (PTSTA).
Tras cumplir una serie de requisitos en términos de horas de formación, supervisión y desarrollo personal puede adquirir la autorización para ser miembros docentes y/o supervisores definitivos (TSTA) o como Formadores de CTA (CTAt) mediante la superación de una evaluación con un comité internacional.